En la industria alimentaria y de bebidas, el procesamiento en retorta se utiliza para prolongar la vida útil de los productos y garantizar, al mismo tiempo, su seguridad. Se trata de un procedimiento térmico que reduce (pasteurización) o elimina (esterilización) cualquier microorganismo nocivo.
Pasteurización
La pasteurización térmica es una tecnología ampliamente adoptada que utiliza el calor para reducir los agentes patógenos y los microorganismos de deterioro a un nivel tan bajo que no causen enfermedades. Los alimentos se someten a altas temperaturas durante un período que puede durar desde unos minutos hasta varias horas. Este proceso suele llevarse a cabo bajo condiciones de humedad del 100 %, que incluyen técnicas como sumergir el empaque, por ejemplo, o tratarlo con vapor.
Esterilización
La esterilización tiene por objetivo eliminar por completo todos los microorganismos, utilizando altas temperaturas y presión durante un período de tiempo más prolongado. Las temperaturas de esterilización pueden oscilar entre los 110 °C y los 135 °C. Estas condiciones pueden tener un impacto significativo sobre las propiedades del producto y el empaque.
IML a prueba de retortas
No hace falta aclarar que el proceso de retorta también repercute sobre la tinta y las lacas de las etiquetas IML.
Gracias a una combinación específica de tintas y una laca especial, el IML a prueba de retortas evita que las tintas de las etiquetas se destiñan y se decoloren, previniendo a su vez el daño de la laca. Estas etiquetas estratégicamente diseñadas conservan su calidad y aspecto, incluso después de que los empaques de IML se hayan sometido a un procesamiento en retorta.