Comidas listas para consumir, sopas, salsas, ensaladas, productos para untar... la lista de productos alimentarios que se benefician del etiquetado en molde es interminable. No es de extrañar, ya que el IML y el envasado de alimentos son una gran combinación: soportan perfectamente el calentamiento de los alimentos, así como las condiciones de almacenamiento en frío, y garantizan una calidad de impresión de primera clase y opciones de aspecto y tacto para un aspecto atractivo en las estanterías. Además, una etiqueta en molde puede aportar un valor añadido a su envase, ya que pueden aplicarse características específicas, como una función de barrera.
Sin renunciar a la calidad de sus alimentos ni a su presentación en el estante, las etiquetas IML le permiten satisfacer las tendencias de los consumidores, como el tamaño de las porciones para llevar, los alimentos con menos o ningún conservante añadido que se mantienen frescos, la tendencia a los envases transparentes, los envases fáciles de reciclar, etc.