Con ello dan un paso importante hacia un sistema completamente circular. “Es una pena utilizar 'material virgen' para cubos de pintura”, dice Gerrit Klein Nagelvoort, Director de desarrollo de negocio de Veolia Polymers. “Con esta iniciativa demostramos que esos cubos pueden fabricarse perfectamente con material reciclado post-consumo. Y encima son bonitos.”
Un paso más allá
En el pasado, los cubos de pintura se fabricaban con materiales de reciclado postindustrial, es decir, excedentes de plástico sin usar procedentes de otros procesos de producción. “Con los cubos de PCR damos un paso más allá”, explica Menno Beek, Director de marketing de Van Wijhe Verf. “Ahora utilizamos plástico usado y reciclado por los consumidores.” Veolia Polymers lo transforma en los llamados gránulos que luego son usados por el inyector Dijkstra Plastics cuando fabrica cubos PCR para Van Wijhe Verf.
Calidad extensamente probada
Obviamente, hemos realizado ensayos exhaustivos. “Al fin y al cabo, no quieres correr el riesgo de que el cubo se raje tras llenarlo con pintura cara”, dice Remy Notten, Director comercial de Dijkstra Plastics. Por esa razón, Van Wijhe Verf ha llenado los cubos con arena y agua para probar si se produjeran daños durante la carga, descarga y el transporte. Pues no fue así. “Con ello, hemos demostrado que es posible: un cubo de pintura perfecto hecho de residuos de los consumidores.” El nuevo cubo PCR entró en producción en mayo de 2018 y al cabo del año todos han quedado muy satisfechos, incluido el cliente.
Producción circular
“Llevamos más de cuarenta años fabricando cubos de plástico”, nos cuenta Notten. “Hasta hace poco, se consideraba un producto neutral y práctico, que nos aportaba comodidad y mejoraba nuestro nivel de vida. Pero con la Sopa de plástico nos hemos ido dando cuenta de que el material no desaparece así por así, y que por tanto no podemos seguir con esta forma de producción lineal. La producción circular es la mejor forma para prevenir que los recursos de nuestro planeta se agoten.”
“Todavía seguimos pensando que existe un flujo ilimitado de nuevas materias primas, pero no es así”, dice Klein Nagelvoort. “Al utilizar 'material virgen', vuelves a abrir el grifo del petróleo. Esto puede ser indicado para aplicaciones médicas o alimentación, pero no para cubos de pintura que se desechan nada más usar. Es un abuso de material nuevo”, explica.
¿Otro color, o mejor no?
Aun así, muchos fabricantes de pintura siguen teniendo un temor a lanzarse según Klein Nagelvoort. “Nos entran tantos colores diferentes de plástico, que ya no podemos conseguir un cubo blanco impoluto y por ello el color es antracita liso.” Por cierto, esto también pasaba con los cubos de material reciclado postindustrial. “La pintura de pared blanca de Wijzonol siempre venía en un cubo blanco. Era lo normal en el mundo de la pintura. Tienes que sentirte muy seguro para atreverte a romper con esta tradición”, dice Beek sobre el asunto. Y es precisamente esto lo que las tres empresas han conseguido juntas.
Para seguir dando el aspecto de antaño al cubo de color antracita, Dijkstra Plastics hace uso de la técnica de decoración IML.
El plástico reciclado es tan fuerte, rígido y duradero como el material nuevo. El material gris se puede decorar perfectamente con etiquetas IML, de modo que el envase completo y la tapa cobran un aspecto atractivo.
Jan Van Iseghem, Gerente regional de ventas de MCC Verstraete
Reciclar
“Obviamente, la producción circular no es algo nuevo”, dice Notten. “Con el papel, cartón y vidrio ya se está haciendo desde hace años y nos hemos acostumbrado plenamente, pero con el plástico sólo se están dando los primeros pasos.” “No tenemos ningún reparo en tomar un buen vino de una botella de vidrio reciclado”, añade Klein Nagelvoort. “Y el primer papel reciclado fue gris”, se acuerda. “Aquello también nos parecía bien, porque era un signo de que el papel era reciclado. Hoy hemos avanzado tanto que incluso el papel reciclado ya es blanco como la nieve. Todavía no hemos alcanzado ese nivel con el plástico, pero, quien sabe, quizás sea posible en el futuro o podremos fabricar cubos de colores atractivos.” En ese terreno también seguimos evolucionando.
Planes de futuro
“Siempre estamos buscando maneras de conseguir mejores resultados a nivel de la sostenibilidad”, dice Beek. “No es casualidad que Koninklijke Van Wijhe Verf fue la primera empresa química en conseguir el certificado B Corp en 2016. Esto nunca acaba, pero es lo que lo hace tan interesante. Sería bonito si en el futuro pudiéramos reciclar el primer cubo de pintura usado. Para ello, debemos encontrar la forma de quitar los restos de pintura de tal manera que el cubo sea apto para emplear como nueva materia prima. Entonces habremos conseguido que el cubo de pintura entre plenamente en la economía circular.”
La colaboración entre las tres empresas va más allá que lograr que los cubos de pintura entren en el circuito sostenible. “Hemos desarrollado un suplemento antimicrobiano para echar a la pintura, pero vemos más posibilidades”, dice Beek. “Al incorporar este suplemento en la fabricación de cubos de plástico reciclados, quizá en el futuro tenga aplicación en los envases alimenticios, por ejemplo. Sería un bonito siguiente paso en esta colaboración especial.”
Puntos de recogida
“Procesamos 45.000 toneladas de residuos de consumidores al año. 30.000 toneladas son residuos de embalajes y 15.000 toneladas provienen del ecoparque municipal”, dice Klein Nagelvoort. “En la actualidad, a menudo hay que llevar los residuos de plástico al punto de recogida municipal. Sería conveniente que también se instalara un punto de recogida en los centros de bricolaje, por ejemplo, o que los cubos se incluyeran en el sistema del cobro de un depósito y retorno. La separación posterior de residuos es otra opción de facilitar el reciclaje de plástico para el consumidor.”